20 abr 2011

Silencio

Tengo ganas de escribir. Es lo que más me apetece hacer en este momento, recuperar ese hábito olvidado bajo las gruesas capas de la dejadez. Podría culpar al gran volumen de estudio a un ritmo arrítmico al que nos somete la universidad; a que exprimo continuamente mis ocurrencias en twitter de forma inmediata, sin dejarlas reposar, tomar forma, quizás crecer e independizarse hasta llegar a ocupar más de dos parrafos, alejarme de la comodidad de los 140 caracteres. También podría decir que he encontrado nuevas vías de escape para la mierda que se me acumula por dentro, que cuando patino voy dejando caer palabras al viento. Pero no sería más que otro mentiroso, y de esos ya hay suficientes por el mundo. Soy un puto dejado, no nos engañemos. Y esta es la prueba palpable de ello (aunque quizás palpable no sea el término adecuado, pero legible no suena tan bien). He empezado a teclear sin más que dos líneas en la cabeza y ya voy camino de la decena. Interesantes o no, posiblemente innecesarias, sin fuerza suficiente para permanecer agarrada en cualquier memoria... pero mías al fin y al cabo.

Quizás lo único que necesite es quedarme despierto toda una noche frente a un papel, dejando que todo surja, y ya se verá. Pero entonces podría acabar como un Alan Wake cualquiera, y no queremos eso. Dejemos que las sombras engullan al resto, yo canalizaré las mías en finas líneas de texto.

2 comentarios:

  1. Con una cabeza como la tuya lo único que te hace falta como bien has dicho es que te pongas. estoy deseando leer lo próximo.

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  2. Sí, estoy de acuerdo con el de arriba, sólo es ponerte "con la cabeza que tienes" pero te entiendo tan bien.. es exactamente lo que me pasa, desde que tengo Twitter no escribo igual (de cantidad) ni de lejos..vamos, que antes sí, y ahora twitter. En fin, voy a mirar a ver si me ha crecido algún seguidor, o algún mamarracho me ha dejado de seguir, ahora vuelvo.

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