9 abr 2012

El gato y los ratones

Desde pequeño Peter escuchaba a la gente decir que el tiempo iba muy deprisa, que lo acababa estropeando todo y nadie podía escapar de él. No le parecía justo, ¿quién se creía el tiempo para pasar por encima de todos? Así, Peter decidió que iba a correr más que el tiempo, que a él no lo iba a pillar. Lo consiguió. Lo creáis o no Peter corrió tanto, vivió tan deprisa, que se duplicó.

Por un lado estaba Pit, la parte que empezó a correr y ya no pudo parar. Nunca estaba en una misma ciudad más de un mes. La gente que creía conocerlo en realidad sólo llegaba a avistar una pequeña parte de él, no había tiempo para más. En realidad no creo que él mismo se llegase a conocer, vivía improvisando. Para Pit se inventó la expresión "sexo, drogas y Rock & Roll". No le quedó una postura sin probar, una vena sin pinchar o un acorde sin tocar. No conocía la diferencia entre día y noche, tras sus gafas de sol todo se veía igual, era siempre fiesta, no había tiempo que perder. Pit vivió tan deprisa que murió y no se dio cuenta hasta que pasaron tres días.

Al otro lado del cuadro tenemos a Peter, la parte que no se enteró que había que empezar a correr, así que se quedó donde estaba. Pasó un tiempo buscando su lugar más cómodo en la vida y luego se quedó ahí, estático, no fuera a ser que no lo encontrase más. Salía de casa, iba al trabajo (uno en el que no tuviese que esforzarse demasiado ni adquirir responsabilidades) y de vez en cuando se permitía encontrarse con algunos amigos a tomarse una cerveza. Pero siempre los jueves, no había otra opción. Mataba el tiempo, con algún hobby esporádico, esperando que todo pasase más rápido. La gente que creía conocerlo en realidad sólo conocía lo que querían ver en Peter. Era un reservorio para los sueños de otros, pues él no tenía ninguno. Prácticamente se tumbó en el camino esperando a que el tiempo le pasara por encima a los mandos de su apisonadora. Y para cuando murió, tuvieron que pasar tres días para que el resto se diese cuenta.

Lo más gracioso, desde el punto de vista del extraño humor que tiene el destino, es que en ese último momento ambos tuvieron algo en común. Ambos pensaron que les hubiese gustado vivir otras vidas, probar otras cosas, llevar otro ritmo. Pero nunca hubo tiempo para cambiar la marcha.

5 comentarios:

  1. Me encanta. Creo que todos somos un poco como Peter, ¿quién no ha querido vivir alguna vez de otra manera?. Es muy interesante que tú y Erik escriban del mismo tema, salen cosas tan distintas... cada persona, una forma de ver las cosas. Asombroso :) de verdad.

    ResponderEliminar
  2. La vida pasa a velocidad vértigo y por eso a veces es bueno bajar el ritmo, disfrutar de lo que tienes alrededor, pararse a pensar qué es lo que vuela a tu lado. Pero si esa vida pasa rápido hay que vivir también rápido, que no quede nada por hacer. Equilibrio, esa es la clave. A ver quién lo consigue.

    ResponderEliminar
  3. Por cierto, mi blog es http://malditas-noches.blogspot.com.es/ que te o iba a dejar en twitter pero se me ha pasado.

    ResponderEliminar
  4. Entelequia.
    Ahora te toca lucirte a ti.

    ResponderEliminar
  5. Igual te odiamos un poco, Dani, pero intentaremos dar lo mejor...

    ResponderEliminar