Kick-ass

Ya ha pasado una semana desde el estreno en España de Kick-ass, la esperada adaptación del cómic de Mark Millar. Desde bastante tiempo antes andaban rondando críticas por la red, debido a la inexplicable decisión de la distribuidora de retrasar el estreno dos meses respecto al resto del mundo, por lo que muchos ya la habían visto descargada. Yo procuré evitar estas críticas, para ir sin prejuicios al estreno, aunque no pude evitar interesarme por algunos cambios respecto al cómic. El caso es que desde que vi la película he leído muchas críticas y muy dispares: algunos dicen que es una chorrada aburrida (me temo que se equivocaron de sala), otros dicen que no es para tanto, algunos no saben ver más allá de los cambios respecto al cómic y un grupo la eleva al altar de obra maestra que cambiará el género de cine de superhéroes. Pues allá vamos con mi opinión, que vendría a resumirse con: ni tanto, ni tan calvo.



Para empezar, Kick-ass es una comedia de superhéroes, y como tal, funciona de putísima madre. La película se te pasa volando y lo que pretende, que es hacerte pasar un buen rato, lo cumple a la perfección. Yo no soy muy amigo de ese comentario facilón de "la peli da exactamente lo que promete"... pero es que en este caso es así. Tampoco me vengan ahora con que Transformers o Furia de Titanes también escapan porque dan lo que prometen, porque una película que te hace sonrojarte de vergüenza ajena cuando intenta hacerte reír, o cuyo guión está contruido a base de frases molonas no me sirve.

Obviamente eso no es lo único bueno que hay que decir sobre Kick-ass. Destaco sobretodo el humor del que hace gala el film en todo momento, especialmente al principio con esos chistes sobre los orígenes de los superhéroes, y llega un momento en que sabe equilibrar perfectamente ese humor con los momentos dramáticos, colándote un chiste justo después de que hayan molido a golpes a los protagonistas. Las escenas de acción están rodadas también con gran acierto, siendo un momento especialmente destacable ese tiroteo con visión nocturna de Hit-Girl y el posterior uso de la luz parpadeante, que te mete de lleno en la acción. La violencia, a pesar de estar bastante reducida en comparación con la que podemos encontrar en las viñetas, está en mayor medida que lo que observamos en grandes producciones de Hollywood, cosa que se agradece. Allí donde el cómic te mostraba de forma cruda vísceras, cabezas explotando y demás, aquí han optado por mostrar lo justo y necesario, sin censurar ni ser explícitos. Hay quien se queja, e incluso acusa al director de ser blandito para poder recaudar más en taquilla, cuando eso es justo lo contrario a lo que sucede, ya que Matthew Vaughn se tuvo que buscar la vida para producir la película, pues todas las productoras le ponían pegas en cuanto a la cantidad de sangre que se debía mostrar. Mención aparte se merece la banda sonora, que me parece absolutamente magnífica, desde el uso del celebérrimo silbido de La muerte tenía un precio, hasta la matanza que realiza Hit-girl a ritmo de coros infantiles.

Y ahora pasamos al otro punto de vista, el de la adaptación. Está clarísimo que muchos personajes pierden su esencia en la traslación al celuloide. El ejemplo más claro es Red Mist, que pasa de ser un cabronazo que a primera vista da hasta miedo en el cómic, a un mindundi que da risa debido a la lamentable decisión del doblaje. Lo más criticable, es que esa madificación hace poco creíble el paso a villano de cara a la segunda parte. Por otro lado está el hecho de que Dave al final consiga llevarse a la chica, momento que es sin duda el más flojo de la película por lo tópico/típico de la resolción. Gran parte de la gracia del cómic es que Dave empieza y termina siendo un pringado que se queda como el "amigo gay". Aunque por otro lado, me pareció acertado que aprovecharan eso para que Dave tuviese algo por lo que vivir, y hacer referencia al por qué los héroes no deberían tener personas que les quieren a su alrededor. Y sin duda, para mí el cambio más sangrante, es el de la historia de Big Daddy. En su momento, al leer el cómic, me pareció magnífico que ese personaje no fuese sino un tarado más, flipado por lo cómics, que secuestra a su hija para convertirla en heroína, simplemente porque su vida era aburrida.



También hay que decir que no todos los cambios me parecen a peor, pues los cambios que se producen en la mayoría de situaciones hacia el tercio final de la película considero que son comprensibles. Simplemente se han limitado a hacerlo todo más espectacular, ha ir un paso más allá en la escalada de idas de olla que se van sucediendo en la historia, hasta culminar en el grandioso y divertidísimo momento bazooka. Y es con esto con lo que me quiero quedar, que se trata de un medio diferente, y como tal hay que tratarlo. Lo que funciona en una viñeta, no necesariamente funciona en la pantalla, y si decides tirar por un camino alternativo, pero que funciona de forma individual a la obra original, bienvenido sea. Servidor empieza a ser perro viejo en esto de las adaptaciones de obras que admira, y he aprendido a ver las cosas con cierta filosofía. Así como en su momento renegué de la película V de Vendetta tras leer el cómic, ahora me doy cuenta de que la película es destacable, pues me emocionó con ese desfile de enmascarados haciendo frente a la policía, al igual que me encantó el final del cómic. Y lo mismo sucede con Kick-ass. Si quieres una crítica más mordaz de la sociedad y sangre a borbotones, ahí tienes el cómic a tu disposición. Si, en cambio, buscas pasar un buen rato de acción y risas, la película es una magnífica opción.